El tema de la basura es una queja sin fin. Un problema inacabable. Con renovadas posibilidades de solución y de nuevos problemas que se intercalan como una lasagna. Es un enredo gigante y con diversidad de texturas, de partes y de pliegues. Se abren nuevas solapas constantemente, tanto caudal de información que es complicado dosificar y ordenar. Veamos este caso.
Paseaba por Palermo y me freno un repugnante olor que provenía de basura que se estaba pudriendo en la vereda. Casualmente un Restaurant de coordenadas prestigiosas era el responsable de las bolsas de basura y de mas desperdicios que estaban allí.
La verdad que no me importa ni denunciar al Restaurante, ni al recolector, ni menos que menos, quejarme de quien haya destrozado estas bolsas (perro o persona) seguramente en busca de alimento.
Sino, que mi queja es en si misma tirar la primer piedra (bueno, es metaforico lo de tirar) para poder ponernos a pensar en soluciones en pos de los problemas que la basura en general trae. Veamos lo básico de este caso:
- Esta comida esta en mal estado, por lo cual a pesar de que lamentablemente sea el posible alimento de muchas personas, eso no puede ser así.
- Allí donde esta es una promoción a que se junten animales, bichos, insectos, enfermedades, mugre y mas mugre.
- Hay horarios de sacar basura y de recolectarla que si se cumplen esto no debería existir.
Etcetera.
Ya no tan básico ni simple es pensar en los basurales y de todo lo otro que se puede hacer si la basura se clasifica con mentalidad de reciclaje. Acá hay por lo menos cartón, madera, plastico, restos de comida (genial para compost). Seguramente, sea complicado mentalizarnos y acostumbrarnos a clasificar, ordenar, reciclar, tener conciencia colectiva, respetar horarios. Pero creo que tanto más complicado es continuar intoxicando nuestras veredas, ciudades, países. Nuestro Mundo.
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